La mirada del mundo esta agachada, evitando cruzar miradas temblantes, indecisas y vacías, ojos observando solo el adoquín de penas ajenas, penas que se acumulan bajo el crepitante sol. ¿No hay agua en el río de esperanzas, solo arena y cal, solo huellas de sueños marchitos y voces muertas? No hay voces, solo silencio muerto, solo gritos mudos, silenciados por el poder que nos gobierna, solo hay muerte e injusticias, solo pobreza y muerte viva, presente... concurrente.
Veo pasos marcados sobre arena muerta, pies caminando sobre el lignito ardiente, ojos rojos por el humo de los esfuerzos quemados, gente respirando su propio vaho. ¿Que le pasa al mundo, que retrocede cada día mas? estamos al servicio de un Dios orgulloso, si este planeta florece, ¿A quien pertenece?
Pepitas de plata en cielo nocturno, brillando y contando historias, cuéntenme, escucho, ¿Que quieren decirme? ¿Que secretos guardan? ¿Por que están alejadas de nosotros?. Brillantes y parpadeantes, regalando sonrisas a quienes decidimos dejar de mirar el suelo y alzar la mirada al cielo, creando nuestro propio rió de esperanza hacia las estrellas, hacia su magia y hermosura. No importa el día, no importa el problema, cada noche están ahí, en mi ventana... esperando a ser observadas.
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