Mecanica

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lunes, 16 de mayo de 2011

Cuéntame una historia de amor...


-       Cuéntame una historia de amor. - Susurré por encima de él.- Y luego podrás irte.
El sol de mediodía brillaba sobre nosotros, filtrándose por los siempre verdes árboles del bosque de Larond. Él era un cazador, se situó contra el tronco tranquilamente. Yo era un joven mercader entonces y yacía en su lecho, intentando que ese momento durara para siempre.
-       Una historia de amor ¿eh? - me miró y ladeó la cabeza pensando - Solo sé tristes Joan. No querrás oír ninguna.
-       ¿Qué historia de amor no es triste? -Le pregunté recordando de repente.     
-       Cuéntame una de tu niñez. Creciste en el pueblo no? Debes saber alguna
-       Humm…sé una que me contó un amigo, no precisamente de mi niñez
-       ¿Cuál?
-       La historia de Payon, cuando era la ciudad más poderosa del este…Y como cayó en desgracia por la furia de los Dioses… de la belleza…y del amor.
-       Por favor, cuéntamela. -Le di un codazo amablemente, ignorando el deseo de caer en otras tácticas para que se quedara conmigo más tiempo.
-       Es la historia de Keyra, Kira y Zohee.
Muchos antes del Cataclismo, el reino de Payon surgió de los mares del sudeste, en el corazón de Runefild. Fue un país próspero, con unos honorables emperadores. Sin embargo, la nobleza de Payon era arrogante y prometió hacer de su tierra tan hermosa que inclusive los dioses sentirían celos. Construyeron espectaculares pagodas, embelleciéndolas con oro y piedras preciosas. Cultivaron jardines de las más fragantes flores, y bosques de majestuosos árboles.
Pronto hasta las casas de los campesinos estaban pintadas con increíbles colores en vez de construirlas fuertes, y sus jardines estaban llenos de flores en vez de cultivos. Mientras la superficie de este magnífico país brillaba con color y salud, en realidad la gente estaba hambrienta y descuidada, derrochando todo lo que tenían por el amor a la belleza… más atronadora que el vestíbulo del mismísimo paraíso.
Es entonces cuando los dioses se enteraron.
Previendo el fin de su poderío en el Cataclismo, los dioses tuvieron que asegurar deprisa su influencia en su propio mundo. En ese tiempo dos niños nacieron, el hijo del emperador y la emperatriz; el príncipe Kira y la plebeya de dos aldeanos,  Keyra. Pero en el día de su nacimiento, la ruleta de la fortuna propició un trágico final en sus vidas, Los emperadores estaban muy asustados por esta profecía, y levantaron la prohibición de salir de las seguras paredes del castillo, aislando a su hijo con la plebeya. Pero ambos crecieron juntos como hermanos y amigos, nunca sintiéndose solos al tener al otro a su lado.
Ellos crecieron rodeados de cosas hermosas e inteligentes tutores, sin saber que era la tristeza. Siendo amigos, sentían profundo afecto por el otro, y prometieron mutuamente ser sus protectores. Y así, Kira creció siendo un príncipe caballeroso y un espadachín sin igual, y Keyra floreció en una delicada pero decidida princesa.
Pero no podían estar juntos para siempre. Cuando ellos tuvieron edad suficiente, a Kira le anunciaron que pronto se casaría con una princesa extranjera del oeste, y Keyra sería enviada al norte para allí casarse con un príncipe. Estaban descorazonados por la separación, y celosos al pensar que el otro estaría feliz con su respectivo casamiento. Era la primera vez que estaban tristes y necesitados.
            Lejos de sospechas, los mismos Dioses mandaron espíritus a poseer a la princesa extranjera, para así, en el menor descuido del joven Kira, fuera asesinado por Zhoee… la princesa.
            Encantada como estaba, se volvió más hermosa que cualquier mujer noble de Payon que hubiera visto. Pelo largo, negro como la noche, enmascarando su pálida tez y su manto que brillaba como las estrellas. Verdaderamente era una mujer divina; Los aldeanos estaba en trance como  para darse cuenta de los ojos que tenía en la oscuridad, rojos como el fuego. En sus corazones, todo Payon deseaba la unión de ese amor y quedaron inmediatamente seducidos.
            Pero su apabullante hermosura no engañó ni a Keyra ni a Kira, ellos sabían de una belleza y un amor diferentes del que había engañado al reino entero. Juntos descubrieron el amor interior. Cuando miraron fijamente los colores y el brillo de su reino no quisieron tener nada que ver con él, fueron ayudados por el otro para darse fuerzas y prometieron renunciar a toda trampa superficial. Ahí es cuando las habilidades de Kira como espadachín empezaron a desarrollarse, y la fuerte mentalidad de Keyra creció. Ellos se animaban mutuamente ya que no tenían a nadie más a quien amar, y amaban al otro como amigos, compañeros y más…no tenían a nadie a quien amar.
            Pero no tenían ayuda para parar el destino de los dioses. Conscientes los Dioses de que los jóvenes no se dejarían engañar por nadie, ellos ordenaron a Zohee acabar con Keyra antes de que pudiera dar fuerzas a Kira para que revelara ante todo la verdadera identidad de la novia poseída.
            Y en la oscuridad de la noche, Keyra lloró en su cuarto. Sola, luchando por rendirse al deseo de gobernar Payon con su amigo antes de que ellos o el reino cayeran. Lloraba la pérdida de sus desechos sueños. Pero en un momento de arrebato, tal vez de desesperación, escribió de su amor y de sus planes para su soñado reino en una carta para su amigo, y la escondió tras su retrato, esperando que él la descubriera en el futuro. Luego se derrumbó en su cama, agotada por la desesperanza.
Pero su amigo compartía el tormento. No porque fueran amigos, no porque fueran iguales, sino porque estaban conectados por un único corazón,  porque un corazón los sostenía y solo podían existir si ambos existían.
Así, cuando Keyra lloraba, Kira
            Sin ellos saberlo, un cuchillo escarlata brilló en la oscuridad, cogido por los delicados dedos de una belleza divina. Mientras se abrazaban, llorando por el otro, perdidos en los caminos que deparaba el futuro para ellos; el cuchillo se hundió en la víctima equivocada, clamando la vida del príncipe inmediatamente.
-       ¿Piensas qué el amor puede ser tan traicionero?"
-       ¿Qué quieres decir Joan? No he terminado la historia
-       Quiero decir, el príncipe…la princesa…la única cosa que los mantenía su vida era el otro…y eso destruyó sus esperanzas de felicidad en el futuro.
-       Ellos se amaban, al menos es lo que pienso. ¿No es bueno?
-       ¿Lo es…?eso espero…
            La muerte del joven príncipe trajo la ruina al reino. Zohee había fallado su misión, concluyendo con los dioses. Luego volvió a ser quien había sido una vez, pero antes de el espíritu la dejara, usó sus poderes para convencer a la nobleza que Keyra había sido la asesina en un arranque de locura.
            Kira fue desterrada a la más oscura caverna, donde verdaderamente se volvió loca de dolor, e intentó reconstruir el reino de su amigo y ella en lo más profundo, un reino bajo tierra, quizás construido a partir del prohibido amor que sentía.
            Zohee volvió a ser una chica normal, y vivió como la princesa adoptada de Payon, mientras los emperadores lloraban por sus hijos. Pero un día, ella encontró un lago bañado por la luz de la luna, escondido en la profundidad del bosque, y vio su reflejo refulgir contra el negro cielo. Entonces la memoria, los recuerdos del asesinato fluyeron de pronto y se ahogó en las centelleantes aguas,
            La nobleza urgió que sus líderes continuaran con la beatificación del reino. Y sin la esencia de disipar el hambre y de convertirlo en belleza; continuaron creciendo, hasta que el día del Cataclismo viniese…
            Fue entonces cuando los espíritus de los tres encantados aparecieron y pudieron vislumbrar momentáneamente lo que Payon fue. Sus bosques…sus cuevas…incluso su pueblo…los fantasmas de estos inocentes amantes estaban dolidos, enfadados. Inocentes herramientas de los dioses atrapadas aquí por el amor y la pena que no pudieron dejar marchar.
-       ¿Fue el destino entonces?
-       Claro que fue el destino, los dioses lo habían planeado tiempo atrás.
-       No…ellos planearon conseguir el reino a través de Zohee… ¿Fue el destino el qué hizo que el cuchillo atravesara a Kira y no a Keyra?
-       ¿Por qué lo preguntas?.Joan, es solo una historia.
-       Una historia de amor.
-       No… -Dijo él a la defensiva, parando para hacerme entrar en razón. - Es solo una historia. Ya te la he contado, es hora de que me vaya.
-       Adiós entonces. -Dije débilmente acurrucándome.
-       Adiós. -Y dicho esto, se fue.

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